Por: CARLA I. NIÑO M. Mayo, 2022
¿No eres capaz de aceptar un elogio porque no lo crees y a pesar de tener una carrera profesional exitosa, logros académicos y laborales, no estás completamente segur@ que haya sido por tus capacidades y las demeritas todo el tiempo?
¿Alguna vez te has sentido que todos tus logros profesionales se deben a una serie de “golpes de buena suerte”, que pueden desaparecer en cualquier momento?
Pues te cuento que está condición tiene un nombre y es más común de lo que piensas. Se llama Síndrome del Impostor y siete de cada diez personas lo han sufrido en algún momento en su vida.
“Millones de mujeres y hombres en todo mundo, desde exitosos directivos de empresas, hasta brillantes estudiantes o actrices, están secretamente preocupados por no ser tan capaces como todos creen”, asegura Ayda Banda Gil autora del libro: “Cómo superar el síndrome del impostor” quien cuenta que por primera vez se habló del término en 1978 por la dra. Valerie Young y que ella misma lo sufrió durante su carrera como científica, donde siempre se preguntaba: ¿Qué hago yo aquí?, y luego cuando daba clases se encontraba con los alumnos que a pesar de sacar buenas notas se sentían, según sus palabras, “impostores” delante de tanta gente brillante.
Ayda habla de 4 fuentes posibles de desarrollo de este síndrome:
- Dinámicas familiares durante la infancia: cuando tu hermano es el “inteligente” y tu eres “el/la simpátic@” o tienes presión por sacar buenas notas o te sientes la oveja negra.
- Estereotipos sexuales: A pesar que lo que se piensa es que se dé más entre las mujeres “debido a los mensajes de éxito y fracaso en la sociedad”, la verdad es que es igual de frecuente en mujeres que en hombres.
- Diferencias salariales: Ayda asegura que “la realidad de la mujer en el mundo profesional” es también una causa de este síndrome.
- Percepción de éxito, fracaso y competencia: las personas que sufren del síndrome son muy exigentes consigo mismas y tienen una lista de requisitos prácticamente imposibles de llevar a cabo.
La mayoría de personas que sufren de este síndrome no dirían que se sienten como “impostores”, no está en su léxico, pero cuando escuchan hablar del tema se identifican plenamente con este sentimiento.
Esto tiene grandes repercusiones en el desempeño profesional, ya que al tener todos estos pensamientos limitantes en constante ebullición en tu cabeza, terminas sintiéndote que no eres suficiente, ni capaz de llenar las expectativas y al final terminas por no correr riesgos, no te atreves a pedir asensos ni a destacar por miedo a no estar a la altura. Todo esto aumenta tus niveles de estrés y afecta tu productividad.
No es una situación fácil y muchos de nosotros hemos estado ahí, y así como lo he vivido también puedo decirte que llegó el momento de salir de ese oscuro cuarto.
La mejor forma de empezar a erradicar estos pensamientos, es comenzar a dar gracias la próxima vez que te hagan un cumplido por tu trabajo o genialidad, sin dar excusas, sin justificarte…. simplemente dando gracias y por sobre todo: créetelo!
Luego, comienza a hacer un ejercicio de reconocimiento de las normas que te exiges a ti mismo y comienza a cambiar los guiones internos de tu cabeza, cada vez que te enfrentes a una situación de estrés.
Nuevamente te digo, no es sencillo al comienzo, esos fantasmas pesimistas con los que has vivido toda tu vida no son fáciles de erradicar, pero te prometo que no es imposible. Así cometas errores, no te des tan duro y recuerda que también has tenido muchos aciertos que todos han reconocido y solo tú negaste. Date una nueva oportunidad cada día, convénsete de que eres suficiente tal y como eres y no permitas que nada ni nadie te saque de ahí.
Con el tiempo verás que esta sensación va a ir desapareciendo….recuerda siempre que tú sumas en esta sociedad y en tu círculo familiar y laboral, que eres muy importante para los que te quieren y te conocen… y recuerda que en TúSumas, sumamos contigo cuando crees en ti y creces como la maravillosa persona que eres.