Autora: CAROLINA BALLESTEROS. Octubre, 2021.
Leyendo el libro Homo Deus, de Yuvan Noah Harari me encontré una frase que no pude dejar atrás “Cuando tu Smartphone te conoce mejor de lo que te conoces a ti mismo, ¿seguirás escogiendo a tu trabajo, a tu pareja y a tu presidente?
Tal vez sin ir tan lejos en las decisiones que tomarás o tomarán por ti, el hecho de reconocer que nuestros Smartphones nos conocen mejor de lo que nosotros lo hacemos, me causó un gran revuelo de consciencia, pues no dude un segundo en entender que esto es realmente desbordante.
Hemos dado más poder a grandes empresas de conocer nuestros gustos, intereses, anhelos, sueños mas preciados, hábitos de consumo, valores que reconocemos, personas que nos interesan, temas que nos apasionan, cifras que recorren nuestro banco, deudas, inversiones, y hasta pequeños secretos que hacen parte de las preguntas que solo “googleamos” antes de poder decirlas en voz alta a alguien.
Después de digerir esta información entendí, que no es la primera vez que hemos estado dispuestos a ceder toda nuestra información y a aceptar que otros sepan más de nosotros y tomen por nosotros decisiones; así es, hemos aceptado de muchas formas que otros decidan por nosotros en muchos momentos de nuestra vida.
Para ser mas clara, hemos apropiado los estereotipos aceptados por la sociedad, el status quo que establece qué es lo importante y qué hace parte del éxito, la carrera escogida por nuestra familia o influenciada por nuestros amigos, los colores que debemos vestir, los juegos y deportes a practicar según nuestro genero, así podría seguir… y después nos preguntamos ¿por qué tanto vació en el mundo, tantas malas relaciones, personas que no se sienten a gusto en su trabajo, con su familia, con su profesión?.
¿No será que eso que hemos dejado que otros decidan por nosotros, no nos llena, no nos da plenitud ni nos ofrece felicidad?.
La conclusión obviamente va implícita en la pregunta, necesitamos conocernos más a nosotros mismos, ser mas participes de nuestras propias decisiones y definiciones, y más aún en tiempos de Smartphone, marketing digital, algoritmos y consumo.
Debemos reconocernos, saber qué enciende nuestra luz para iluminar el mundo, qué es realmente importante para nosotros mismos, qué nos llena de felicidad, cuál es nuestra definición de éxito, qué nos apasiona, cuáles son nuestros verdaderos gustos, qué decidimos para nuestro futuro… de no ser así, serán otros los que vuelvan a tomar decisiones por nosotros…
Por esto, debemos siempre hacernos esta pregunta incómoda y tenerla siempre en mente: ¿Quién queremos que nos conozca mejor, nuestro celular o nosotros mismos?